12 agosto, 2025

Yerba mate: otra víctima de la desregulación

La producción de hoja verde de yerba mate cayó 20,3 por ciento en el primer semestre del año respecto del mismo período de 2024. Entre enero y junio se procesaron 449,55 millones de kilogramos, un volumen que también se ubicó 1,9 por ciento por debajo del promedio registrado en igual lapso entre 2021 y 2024. Esto se da en un contexto de desregulación de la industria llevada a cabo por el gobierno nacional.

El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) detalla que, si bien el consumo interno mostró señales positivas, aún no recupera niveles previos. En junio se vendieron 21,41 millones de kilogramos, lo que implica un aumento interanual de 7 por ciento pero un retroceso de 17,8 por ciento respecto de noviembre de 2023. El acumulado del primer semestre llegó a 138,27 millones de kilogramos, 15,7 por ciento por encima de 2024 y 0,3 por ciento menos que en 2023. El INYM advirtió que esta situación pone “en riesgo” la sostenibilidad del sistema yerbatero.

Las exportaciones cerraron el período con una suba de 18 por ciento interanual y de 30,8 por ciento frente al promedio 2019-2024. En cambio, las importaciones bajaron 9,7 por ciento contra el mismo semestre del año pasado, aunque se mantienen 276,6 por ciento por encima del nivel de 2023, en gran medida por la continuidad de las compras a Paraguay y Brasil.

La relación entre lo que recibe el productor y el precio en góndola se deterioró. En junio, el primero captó apenas el 18,9 por ciento del valor final, es decir, 5,5 puntos porcentuales menos que el promedio 2020-2024. En términos reales, el precio pagado al productor por la hoja verde se redujo 45,9 por ciento entre diciembre de 2023 y junio de 2025, mientras que el precio en góndola cayó 31,8 por ciento. “El mayor ajuste en la cadena de valor lo sufrió el productor”, advirtió el INYM, señalando que la eliminación de herramientas regulatorias profundiza las asimetrías frente a la industria.

El organismo identificó como factores centrales de este retroceso el impacto del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, la falta de actualización de la tasa que financia su funcionamiento y la apertura de importaciones con aranceles reducidos. A su vez, se suma la Resolución General 5490/2024, la cual fue extendida hasta el 31 de diciembre del 2025. En esta, se reducen los impuestos a las importaciones de productos de primera necesidad, entre las que se incluyen las materias primas y la primera elaboración de yerba mate. Según el INDEC, ese año ingresaron 11,9 millones de kilogramos, 80,1 por ciento más que en 2023, en su mayoría adquiridos por grandes industrias radicadas en Corrientes y Misiones.

En paralelo, el INYM atraviesa un desfinanciamiento que limita su capacidad de acción. La Secretaría de Agricultura no actualiza desde diciembre de 2023 el valor de la estampilla que representa su principal fuente de ingresos. Además, el organismo continúa acéfalo tras la decisión del Gobierno nacional de no designar autoridades, lo que impide fijar precios de referencia para la hoja verde y la yerba canchada.

La situación actual recuerda a la desregulación de la década del noventa, cuando se eliminaron la Comisión Reguladora de la Yerba Mate y el Mercado Consignatario Nacional. En aquel período, el valor real de la yerba canchada cayó a un tercio y el de la hoja verde a un quinto de su precio inicial, mientras el precio en góndola se mantuvo estable. Desde la creación del INYM en 2001, los valores al productor se habían recuperado en más de 240 por ciento en términos reales hasta 2023. En la actualidad, el DNU pareciera seguir esta misma lógica con la llamada “modernización” que se propone para el INYM, dentro del paquete de “desregulación” de la economía.

El mercado yerbatero combina una producción primaria atomizada —con unos 12 mil pequeños productores— con una alta concentración industrial. De las 105 molineras y fraccionadoras registradas, las diez principales concentran el 75 por ciento del mercado, y tres de ellas —Las Marías, Liebig y Santa Ana— explican el 47 por ciento.

El año pasado fue récord en términos de producción, con 986,7 millones de kilogramos procesados, 19,6 por ciento por encima del promedio 2020-2023. Sin embargo, el consumo interno cayó 9,3 por ciento y se ubicó en el nivel más bajo en ocho años. La mayor parte del excedente se destinó a exportaciones, que crecieron 10,9 por ciento interanual y se dirigieron principalmente a Siria, destino del 70 por ciento de los embarques.

Para el INYM, la eliminación de regulaciones y la apertura de importaciones “desbalancean” la cadena de valor, afectando sobre todo a los productores que no pueden trasladar sus costos. Sin cambios de política, el sistema yerbatero enfrenta un riesgo real de sustentabilidad económica y social.

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