Laura Soldano se reconoce primero como madre, después como influencer y finalmente como una mujer “despierta”. El orden importa: en su relato, la política apareció al final, como un destino que nunca había previsto. “Nunca me imaginé que iba a estar acá en política, jamás”, confesó en el streaming del diario Alfil, donde repasó el camino que la llevó desde el fitness hasta el segundo lugar en la boleta de La Libertad Avanza en Córdoba.
Sus raíces están en la capital provincial, pero se define riocuartense por adopción. “Yo soy de Córdoba capital pero hace 22 años que vivo allá”, explicó, enlazando pertenencias y memorias. Antes de ser candidata, Soldano fue campeona de fitness model, escribió un libro de nutrición, viajó a la India y reunió miles de seguidores en redes. “Yo siempre fui muy de comunicar lo bueno. En su momento hice el Metit, un programa de nutrición y entrenamiento. Casi 50.000 seguidores en 2013, 100.000 en 2015”.
Pero la carrera virtual perdió fuerza. “Después la abandoné porque no tenía nada para comunicar”, recuerda. Esa pausa duró hasta que Javier Milei apareció en su radar. “Vi a Javier antes de la elección y digo: esto hay que comunicarlo. Volví a mis redes con una foto de Milei y una bandera argentina, yo cero política, pero a full”.
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El relato se impregna de mística: “Tuve todo un despertar y en una canalización, una meditación, sentí y vi todo esto”. Hasta el algoritmo parece haber conspirado a favor: “Estaba viendo una película en YouTube muy espiritual y cuando termino me pone la película de Milei. La veo y digo: no, este es un enviado”.
Soldano habla de señales, de visiones y hasta de registros akáshicos. Dice que esas prácticas le confirmaron lo que intuía: “La fuerza del cielo lo acompaña”. Su fe es tal que recuerda su primer encuentro con el ahora presidente como una experiencia casi religiosa: “No podía parar de llorar, era una cosa que sentí, no sé, que estaba Jesucristo ahí”.
Ese fervor la llevó a la militancia directa. “Empecé a hacer batalla cultural a todos los que conocía, empecé a publicar por redes. Llamé a una chica y le dije: yo quiero ayudar, no sé en qué. Vení, me dijo, hace falta gente. Y ahí estuve tres, cuatro meses ayudando. A mi marido le dije: no trabajo más en la empresa, me dedico a este grupo, me voy con el Javo”.
Fue entonces cuando apareció Gabriel Bornoroni. “Me llamó a la oficina y me dijo que quería que ayudara a coordinar el sur, no Río Cuarto solamente”, relata Soldano, que hoy se asume como pieza clave de la estrategia libertaria en el “Imperio del Sur”.
Su rol es ordenar lo disperso. “Estamos armando equipo, había muchos grupos distintos. Lo que hice fue unirlos y agrandarlo, con un plan de acción que viene de Karina, que es la armadora, y Gabriel. Yo transmito a Río Cuarto y en línea con los departamentos del sur”.
Su visión excede la coyuntura electoral. “Es el enviado, a salvar el país, al mundo te diría”, sostiene sobre Milei. Y frente a los cuestionamientos por ajustes o recortes, responde: “Bueno, lo sí están pero más adelante, es paso a paso. Déjenlo a Milei que ve el bosque y Argentina va a ser próspera, un faro de luz para todo el mundo”.
La poesía política en su voz no está en la metáfora literaria, sino en la certeza mística. Habla de “misión”, de “cielos”, de “energía” y de “luz”. Para ella, no hay cálculo electoral: hay destino. “Yo no soy política, soy la ciudadana común, estoy al servicio”, repite como si fuera un mantra.
Desde la agroindustria familiar hasta los escenarios de fitness, de las terapias holísticas al streaming periodístico, Soldano convirtió cada etapa en un peldaño hacia su presente. Ahora dice estar lista para mudarse del “Imperio del Sur” al Congreso. Su convicción suena menos como discurso y más como oración: “Sí tienen total esperanza en Javier Milei y está intacta. Ya no hay vuelta atrás”.