En medio del escándalo que golpea a la gestión libertaria, Martín Menem rompió el silencio. El titular de la Cámara de Diputados, mencionado en la denuncia del ex director de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo, como presunto receptor de coimas, eligió no responder de manera frontal a las acusaciones, pero sí instalar una hipótesis política: la de una operación electoral.
El dirigente riojano utilizó su cuenta en la red social X (ex Twitter) para compartir un análisis del politólogo Julio Burdman sobre el “momento óptimo para lanzar una operación”. El texto, que se enmarca en la teoría estadounidense de la “sorpresita de octubre”, describe cómo las campañas negativas suelen irrumpir entre dos y tres semanas antes de una elección, con el objetivo de golpear a un candidato y darle poco margen de respuesta.
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El propio Burdman lo expone en su hilo: “¿Cuándo es el momento óptimo para lanzar una operación? La pregunta clave de los especialistas en campañas negativas. En EEUU la teoría de la ‘sorpresita de octubre’ dice que es entre 2 y 3 semanas antes de la elección. El caso de los audios responde a esa teoría”.
X de @MenemMartin
El politólogo explica además que, en Estados Unidos, la “ventana ideal” es a mediados de octubre, porque deja suficiente tiempo para la propagación de la denuncia pero no para su refutación. “El modelo de Poisson que se usa para predecir el efecto de las operaciones es una U: si son demasiado temprano son más creíbles, pero el votante se olvida, y si son demasiado cerca de la elección no son creíbles. Entre 15 y 20 días sería el supuesto óptimo”, señala el análisis difundido por Menem.
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X de Martin Menem
De este modo, el presidente de Diputados pareció sugerir que las denuncias en su contra responden a un libreto electoral, más que a hechos concretos. Una línea discursiva que se alinea con la estrategia oficial: instalar la idea de que el Gobierno es blanco de maniobras desestabilizadoras.
Hasta el momento, el presidente Javier Milei no hizo declaraciones públicas al respecto. En su última aparición, horas después de que estallara el escándalo, el mandatario se limitó a evadir el tema. En la misma línea se mantuvo su hermana, Karina Milei, y el resto del núcleo duro. El único funcionario que habló fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien también sugirió la existencia de una “operación”.