Las cuentas no cierran, varios jugadores están con las valijas hechas con muchas chances de seguir el mismo camino de Malcom Braida y de refuerzos poco se habla en San Lorenzo… Claro, antes de poder pensar en incorporar, en Boedo tienen que juntar billetes y varios porque pesan sobre el club seis sanciones de FIFA que lo tienen inhibido para concretar la llegada de caras nuevas.
En total, la suma de deudas que el Ciclón deberá levantar antes de poder sumar refuerzos acumulan más de dos millones de dólares y por eso la necesidad de vender es muy grande. La salida de Braida, encima, no alcanza para cubrir ni la mitad: Boca puso u$s 1.800.000 brutos para llevárselo pero ese dinero, descontados los impuestos, se divide en partes iguales con Instituto, quien mantenía el 50% del pase del jugador.
¿Cómo se componen esos más de dos millones de dólares que tiene que poner el CASLA? La última cuota al Monterrey de México por la compra de Adam Bareiro (600 mil dólares), un pago del plan de pagos que se cayó con el Torito Rodríguez (cerca de 800 mil dólares), dos cuotas de u$s 250.000 de lo que estaba pactado con Cristian Zapata y no se cumplió, otro cuarto de millón de la moneda estadounidense que se le adeuda a Romaña más 1.000 francos suizos de una multa por cargos administrativos impuestos por la propia FIFA.
Por eso, Ayude sabe que tendrá que armar un rompecabezas con lo que le quede, porque todas las ofertas que lleguen a Boedo serán materia de evaluación y son muchos los futbolistas que se pueden ir.
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