Con marcada heterogeneidad entre diversos sectores, la actividad económica rebotó en junio, al evidenciar una mejora del 0,7% mensual frente a mayo, según el Índice General de Actividad (IGA-OJF) elaborado por el Centro de Estudios Económicos de Orlando J. Ferreres. De todos modos, no logró recuperar aún el nivel de febrero, tras el derrumbe sufrido en marzo. En términos interanuales, el crecimiento fue de 7,4%.
De esta manera, el primer semestre del año cerró con una suba acumulada del 6,4%, pero el rebote de corto plazo todavía muestra signos de agotamiento. Tal es así que, el segundo trimestre mostró una expansión de apenas 0,5% respecto del primero, lo que implica una desaceleración respecto del avance de 1,3% que se había registrado en el primer cuarto del año.
“Más allá de la recuperación de junio, en una mirada más amplia vemos una desaceleración en la expansión de la actividad y una mayor heterogeneidad entre sectores”, señaló el informe.
Hacia adelante, Ferreres advierte sobre un “aumento del riesgo de desaceleración”, tanto por el freno en la recuperación de los ingresos reales como por la política monetaria contractiva, que prioriza el combate inflacionario con tasas altas y volátiles.
Actividad económica: los sectores que impulsaron la suba de junio
Los sectores de mayor dinamismo en junio fueron Intermediación financiera (+22,6% interanual), Electricidad, gas y agua (+11,6%), Minas y canteras (+9,7%) y Comercio mayorista y minorista (+9,5%). También se destacó la industria manufacturera, con una suba de 6,2% interanual y un acumulado de 3,7% en el semestre.
Dentro del sector industrial, el crecimiento se concentró en alimentos —impulsado por el crushing de granos y bebidas— y en maquinaria y equipo, que trepó más del 20% gracias al empuje de la fabricación de automóviles. Aun así, si se excluye la producción automotriz, el resto de la industria creció un 3,8%.
Por el lado de la energía, el salto de la generación eléctrica (12,8% anual) respondió a un mayor consumo residencial, favorecido por temperaturas más bajas y una base de comparación débil. El sector de minas también mostró un desempeño destacado: la producción de petróleo crudo se incrementó 16,2% interanual, marcando el mayor crecimiento en 25 años.
Actividad económica: los sectores dónde se sintió la contracción
El único gran sector que volvió a mostrar números negativos fue el agro, que cayó 3,5% en junio. La merma se explicó por la baja del 5,5% en la actividad agrícola, mientras que la ganadería creció un 9%. En el acumulado del semestre, el conjunto del sector primario arrastra una caída de 2,3%.
Otros sectores que se mantuvieron en terreno negativo fueron los servicios sociales y de salud (-1%), la administración pública (-0,8%) y el transporte y las comunicaciones, que se expandió apenas 2,3% anual.
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Aunque el crecimiento interanual de junio luce fuerte, buena parte se explica por la baja base de comparación: en junio de 2024, la actividad había caído 3,2%. En este sentido, la economía aún no logra consolidar una trayectoria robusta.
El rebote observado en el segundo trimestre no alcanza a revertir del todo el impacto de la fuerte contracción de marzo ni los efectos de un contexto de ingreso disponible debilitado y las alzas de tasas reales. El informe de Ferreres plantea que si no se acelera la mejora de los ingresos reales, la actividad podría volver a estancarse.