El final de la historia entre Marcos Rojo y Boca llegó este viernes, y no fue en los mejores términos. El defensor firmó su rescisión de contrato y puso punto final a una etapa que terminó envuelta en polémica, con opiniones divididas entre los hinchas. Lo que parecía un cierre silencioso se transformó en un episodio caliente cuando Eugenia Lusardo, su esposa, decidió salir a hablar en las redes sociales.
En un posteo directo y cargado de mensajes, Eugenia defendió la trayectoria y la actitud de Rojo defendiendo los colores de Boca. “Te vas con la frente en alto, como sos vos: leal y respetuoso. Sos un gran compañero que siempre ayudó y fue para adelante”, escribió, dejando en claro que, para ella, las críticas no hacen justicia al paso del jugador por el club.
Pero no se quedó ahí, ya que la mujer cerró con una frase que encendió especulaciones: “Los demás, que la cuenten como quieran”. El comentario, tan breve como contundente, abrió la puerta a una serie de interpretaciones que vienen desde hace semanas. De hecho, todo se originó desde que Rojo fue borrado del plantel que comanda Miguel Ángel Russo, y el murmullo fue creciendo.
En redes sociales, muchos leyeron las palabras de Eugenia como un tiro por elevación hacia Juan Román Riquelme, con quien Rojo habría tenido una buena relación en el pasado hasta que explotó una feroz crítica del defensor al presidente por la gestión que lleva a cabo en Boca -de hecho el rumor más fuerte viene por un famoso asado del plantel donde el futbolista defenestró al ídolo-.
QUÉ DIJO MARCOS ROJO TRAS BLANQUEAR SU SALIDA DE BOCA
El propio Rojo habló tras firmar la rescisión y confirmó que, en este tramo final, su vínculo con Riquelme fue inexistente. “No hablé con Riquelme, hablé con Delgado ayer, pero muy poco”, contó, en referencia al Chelo Delgado, otro de los dirigentes apuntados fuertemente en la gestión del ídolo del Xeneize.
Más allá de los rumores y las versiones cruzadas, Marcos quiso desentenderse de la situación y dijo que todavía desconoce quién decidió apartarlo del plantel. “No sé, eso le tienen que preguntar a Russo. Yo no sé quien tomó la decisión. Hablé con mis compañeros hoy a la mañana. Por suerte pude estar con ellos y despedirme”, contó.
Así, el capítulo de Rojo en Boca se cierra con un sabor amargo y muchas preguntas sin responder. Un final en el que las redes sociales, las declaraciones y los silencios pesan tanto como lo que pasó dentro de la cancha. Y donde, más allá de las versiones, lo cierto es que la relación entre el jugador y el club terminó con más ruido del que muchos esperaban.
