Los diputados de La Libertad Avanza protagonizaron un escándalo, luego del revés que sufrió el gobierno de Javier Milei al ser rechazado el polémico DNU que asignó $ 100.000 millones en gastos reservados a la SIDE.
Hubo gritos, acusaciones y una denuncia de Lourdes Arrieta contra Nicolás Mayoraz por violencia de género. «La denuncia es realmente un disparate, no hubo violencia. Había 38 diputados presentes y todos me apoyaron cuando se enteraron. Fue todo una locura. El bloque me respaldo porque es un sinsentido», expresó este jueves Mayoraz en diálogo con Cadena 3.
A última hora del miércoles, desde el bloque libertario emitieron un comunicado para defender al diputado santafesino: «Desmentimos cualquier tipo de episodio de violencia o agresión. Mayoraz es integrante valioso. Es serio, competente e incapaz de cualquier tipo de violencia».
Mayoraz señaló que el fiscal desestimó la denuncia de Arrieta por «pueril e inverosímil» y que se dirigió a ella «en términos más duros» de los que él usó «cuando le preguntaba por qué había hecho eso», en relación a la denuncia contra sus pares por la visita a represores y hasta llegar relacionar a Martín Menem.
Sobre la interna libertaria, negó que haya una ruptura en el bloque y volvió a cargar contra Arrieta por la denuncia contra sus compañeros de bancada por la visita a Alfredo Astiz y otros represores condenados por delitos de lesa humanidad, que se produjo el pasado 11 de julio y a la que ella afirmó haber concurrido «engañada».
«Es una persona siendo funcional al kirchnerismo que arma un lío donde no lo hay. No podemos entender a qué está jugando. Yo le preguntaba si no se da cuenta que estaba perjudicando a La Libertad Avanza y al Gobierno por una denuncia falsa en la que trataba de involucrar a Martín Menem», apuntó Mayoraz.
Sobre los cuestionamiento de Arrieta al titular de la Cámara baja con el argumento de la autorización para el uso de la combi que fue al penal de Ezeiza, cuestionó: «Ella asumía que todo era apoyo institucional de Menem. Una locura, un disparate».
Arrieta denunció a sus colegas por la visita a represores. Foto: Federico López Claro
El tema que hizo estallar el escándalo
A pesar de que venían de una reciente derrota en el recinto -por el rechazo del DNU de la SIDE- el tema que hizo estallar el escándalo fue cuando los diputados encararon a Arrieta y Rocío Bonacci, las dos libertarias que están en pie de guerra con la bancada porque denuncian que fueron «engañadas» para participar de la polémica visita al penal de Ezeiza en la que se fotografiaron con represores.
De hecho, Arrieta presentó una denuncia penal ante la Justicia y a raíz de eso la increparon. Le reprocharon las denuncias y declaraciones públicas contra sus compañeros y el propio Menem. Aseguran que miente y la acusan de haber ido a pedir asesoramiento a Unión por la Patria.
Este mismo miércoles ambas dieron quórum en la sesión pedida por la oposición para voltear el DNU de la SIDE. Pero ese, dicen, no fue el hecho de discusión, sino la denuncia a sus compañeros.
El encontronazo se dio primero con Beltrán Benedit, el legislador que organizó la visita a Ezeiza, y luego con Mayoraz, que buscó carearla.
A Arrieta le dijeron que es funcional al kirchnerismo. Ella quiso replicar, pero sin micrófono, a los gritos, y fue a querer tomar el micrófono que tenía en sus manos Mayoraz. La vieron dirigirse como una tromba y algunos compañeros se interpusieron.
Frente a los gritos y llantos que salían del salón Blanco de la planta baja, ingresaron a la reunión de bloque el abogado de Arrieta y el padre de Bonacci: José.
«¿Vos sos Mayoraz?», le dijo el padre de la legisladora al diputado. Eso fue tomado como una amenaza. Alguien llamo a Seguridad y rápidamente se hicieron presente efectivos. «Aparecen por protocolo», aseguraron desde el oficialismo.
El abogado de Arrieta -Yamil Castro Bianchi- se llevó a la diputada y fueron al destacamento policial dentro del Congreso. Pero no radicó denuncia ahí, sino en la oficina de Género de la Corte. La denuncia fue contra Mayoraz por violencia de género.
«Menem no le dirigió la palabra siquiera. No hubo agresión física ni nada raro», aseguraron desde el oficialismo.