La diputada nacional Natalia de la Sota afirma que decidió trabajar fuera del PJ y que no tiene contactos con el justicialismo. “Todavía confiamos en achicar con Natalia”, replican algunas voces calificadas del schiarettismo, mientras que en el búnker de la hija de José Manuel de la Sota aclaran que la diputada “ni siquiera recibió un llamado” de los jefes del cordobesismo.
La parlamentaria se ha convertido en una especie de tesoro para estas elecciones de medio término, porque todo el mundo político se sorprendió cuando fue medida por diferentes encuestadores: su intención de voto ronda el 10%, lo cual le podría garantizar –si va sola– retener su banca en la Cámara de Diputados.
Si De la Sota decide no jugar, se abre la baraja en el peronismo y el viernes se decía que el lugar número 2 sería para la vicegobernadora Myrian Prunotto, aunque horas después el trascendido perdió un poco de fuerza. Cierto es que una candidatura de De la Sota con una “cooperativa” de partidos menores tendría un efecto devastador en el kirchnerismo, que prepara una fórmula sin demasiadas novedades, con Pablo Carro a la cabeza.
Schiaretti ya tomó la decisión: es un hecho que encabezará la boleta cordobesista en octubre
La diputada que procura su reelección ya habilitó su búnker en una casona que era de su padre, en barrio Rogelio Martínez, muy cerca de los tribunales federales. Allí se multiplican las reuniones y se trabaja para conseguir la banca. “Estamos convencidos que, sin alianzas, conseguiremos el objetivo”, repiten con entusiasmo sus voceros.
Teléfono roto
Lo cierto es que no hay diálogo entre De la Sota y Schiaretti, quien tiene decidido presentarse en estos comicios, un poco por convicción y otro poco por presión de sus socios del conglomerado nacional que lidera. Entre los que le pidieron que lidere la boleta local del cordobesismo figuran Facundo Manes, Elisa Carrió, Margarita Stolbitzer, algunos de los barones del conurbano bonaerense y el propio gobernador Martín Llaryora.
Todos quienes le reclaman que vuelva a la acción tienen un argumento coincidente: los votos que sumaría Schiaretti en Córdoba podrían traducirse en tres o cuatro puntos a nivel nacional, lo que ubicaría a la fuerza en un lugar expectable y bien diferenciado de los extremos de la grieta.
En Córdoba, los peronistas se ilusionan con un triunfo, lo cual ya comienza a preocupar a La Libertad Avanza, cuyos popes insisten con candidatos puros. “Nuestro candidato es Javier Milei y él estará en todas las fotos”, dicen los amigos del presidente, que vendrá a Córdoba para la “Derecha Fest” en el hotel Quórum el 22 de julio. Allí, Milei volverá a la carga con su estrafalario discurso y empezará a pedir el voto para sus candidatos, que aún no están definidos. En el entorno cordobés se evalúa hacerle una oferta a Rodrigo de Loredo, aunque hay dudas sobre el lugar en la lista. Los libertarios argumentan que a Milei no le agrada sumar un radical, mientras los deloredistas se sienten más cómodos con Mauricio Macri.
Schiaretti acelera
Varios radicales estarían dispuestos a emigrar, no sólo a La Libertad Avanza sino también al peronismo, entre ellos varios intendentes. Schiaretti ha acelerado en las últimas semanas y ahora combina su armado nacional con la candidatura provincial. Incrementará su participación mediática, algo inédito en los últimos años.
A pesar que Milei no tiene la imagen del verano pasado, sigue con alta aceptación en Córdoba y sus candidatos tendrán peso propio. El presidente y su entorno quieren que el primer candidato sea Agustín Laje, pero el ideólogo duda por la denuncia que lo vincula con el escándalo cripto de la Fundación Faro.
Los misterios se develarán el 7 de agosto, cuando venza el plazo para inscribir alianzas. Se viven horas decisivas.