Es el miembro menos conocido del trágico Club de los 27, el grupo de rockeros que murieron a esa edad. Hablamos del excelente guitarrista Al «Búho Ciego» Wilson, de la banda Canned Heat, que murió el 3 de septiembre de 1970, al parecer por una sobredosis de barbitúricos. Una noticia que quedó relegada en las crónicas musicales por las muertes de dos célebres artistas del rock, como Jimi Hendrix, el 17 de septiembre, dos semanas después, y la de Janis Joplin, el 3 de octubre, cuatro semanas más tarde.
El de los 27 es un «club» que también integran Brian Jones (guitarrista fundador de los Rolling Stones, muerto el 3 de julio de 1969), Jim Morrison (cantante de The Doors, fallecido el 3 de julio de 1971). Y al que algunos años después se incorporaron Kurt Cobain (líder de Nirvana, 5 de abril de 1994) y la cantante británica Amy Winehouse (23 de julio de 2011).
Todo lo que rodeó la muerte de Wilson, que había cumplido 27 años el 4 de julio de 1970, tiene aspectos poco claros. Por un lado, la autopsia reveló que había consumido barbitúricos, pero no es concluyente en cuanto a si fue accidental o provocada. Por cierto, la cantidad de drogas consumida esa noche por Wilson no permite asegurar que se trató de una sobredosis.
Concretamente, en la autopsia el médico es taxativo y pone muerte accidental porque, por otro lado, no hay ninguna carta de despedida que podría revelar las intenciones suicidas. Al poco tiempo, cuando algunos medios pusieron el foco en su muerte surgió la posibilidad de que haya sido, incluso, un homicidio.
Wilson era el corazón de una de las bandas más interesantes de la Costa Oeste de los Estados Unidos en los años ’60. Canned Heat fue el nombre propuesto por el guitarrista a partir de un tema de Tommy Johnson, grabado en 1928, que trata de un alcohólico que empieza a beber Sterno, un líquido compuesto de etanol que luego de ser calentado en una lata tenía un cierto sabor a parecido a una bebida espirituosa, aunque no dejaba de ser un tipo de combustible.
Claro, eran años de la Ley Seca y la prohibición de beber alcohol. Y el Sterno era un veneno que generaba ceguera, locura y cirrosis, en ese orden. A ese brebaje le llamaban Canned Heat.
Wilson no apuntaba al protagonista de la canción, sino al producto: “Me gusta el nombre porque tiene mucho que ver con la energía potencial, como el temor a una explosión inminente”, contó en una entrevista.
Primeros años de Canned Heat
Al Wilson. Le decían «Búho ciego» por su enorme miopía.Canned Heat se formó en 1965, en Los Ángeles, con un fuerte anclaje en el blues y el Boogie Woogie, un grupo influido a través de Wilson de la música de artistas como Son House, Tommy Johnson, Sunnyland Slim, Memphis Slim, aunque también más contemporáneos como John Lee Hooker y Albert Collins, todo con un sonido rockero.
Fundado por Wilson junto el cantante y armoniquista Bob “Oso” Hite (1943-1981), estaba formado por Henry “Sunflower” Verlaine (1944-1997), en guitarra (ex Mother Of Invention), Larry “Topo” Taylor en bajo (ex Monkees) y Frank Cook en batería reemplazado, en 1967, por el baterista mexicano Adolfo “Fito” de la Parra.
Tuvieron intentos con algunas grabadoras, pero fueron sistemáticamente rechazados hasta su actuación en el Monterey Pop Festival, en junio de 1967, que les permitió grabar su álbum debut Canned Heat (1967) y en seguida su segundo trabajo Boogie With Canned Heat (1968), con su primer hit, On The Road Again.
A principios de 1969 lanzaron Livin’ The Blues, un álbum doble errático salvo por el exitoso tema Going Up The Country, inspirado en Bull Doze Blues, de Henry “Ragtime Texas” Thomas.
Por cierto, el tema, cantado por Al «Búho» Wilson, abre la película Woodstock, basada en el Festival de Música y Arte de Woodstock, en agosto de 1969, donde la banda hizo un show excelente con el legendario guitarrista Harvey Mandel en reemplazo de Verlaine.
En mayo de 1970, meses antes de la muerte de Wilson, la banda rescató del anonimato a un artista que se convertiría en un emblemático del blues, el guitarrista y compositor John Lee Hooker con el disco Hooker ‘N’ Heat, primer álbum de Hooker en figurar en las listas de ventas.
Su última noche
Pero volvamos a Al “Buho Ciego” Wilson. Anochecía en esa cálida tarde del 2 de septiembre cuando Al Wilson tomó su bolsa de dormir, un tupper con algo de comida y una bolsa con seis pastillas de seconal y se fue hacia una ladera en Topanga Canyon, en Los Ángeles, detrás de la casa del cantante de la banda, «Oso” Hite, en la que estaba viviendo temporariamente.
A Wilson le encantaba el contacto con la naturaleza y no era raro que durmiese a la intemperie, tanto debajo de un árbol como en un recoveco en alguna llanura. Su última noche eligió un abigarrado grupo de encinas y armó su pequeño campamento debajo de ellas; comió algo, tomó dos pastillas de seconal y ya no se despertó.
No quedó claro tampoco en la investigación quién fue la última persona que lo vio con vida. Tanto su gran amigo John Fahey, como Verlie Hite (esposa de Bon Hite) y Ed Marrow (hijo de Verlie Hite de un anterior matrimonio) testimoniaron que la tarde del 2 de septiembre estuvieron con él. Al parecer, es Marrow quien lo vio partir desde Midnite, la casa de Hite, hacia una colina con su bolsa de dormir en la espalda.
Canned Heat, la banda de Los Ángeles tuvo destacadas actuaciones en Monterey Pop y en Woodstock. “Me dijo buenas tardes, le respondí y se marchó hacia la colina que está algo más allá del parque”, contó Marrow.
A las dos de la mañana del 3 de septiembre, unas horas después de que Alan se hubiese despedido de Morrow, el teléfono despertó a Verlie Hite; era Skip Taylor, el manager de la banda para preguntarle si ya Wilson había partido para Alemania, donde lo estaba esperando la banda para iniciar una gira por Europa.
Al Wilson solía perder a propósito los aviones, por lo que a ninguno del grupo le sorprendió que no estuviese en el aeropuerto a la hora de partir. La esposa de Hite le dijo que no sabía dónde estaba y esta es la primera incongruencia. A la policía le dijo que era la última persona que lo había visto cuando se fue a dormir a la colina.
A la mañana siguiente, decidió buscar a Wilson y armó junto con su hijo y unos amigos la búsqueda. El grupo se dividió y fue un tal Craig Hoppe, amigo de Verlie, quien encontró el cuerpo de Alan a las diez y media de la mañana. La policía llegó a la una y media y certificó la muerte del artista.
El informe del forense decía: “Estaba en el suelo, tumbado boca arriba, dentro del saco de dormir, desnudo. Tenía espuma blanca en la comisura de los labios y hemorragia en ambas fosas nasales. La palma de su mano izquierda tenía una mancha o colorante rojo. No hay evidencias de violencia”.
Es al menos extraño que los policías no considerasen la hemorragia nasal como un signo de posible violencia.
Skip Taylor, manager de la banda, por su parte, se inventó una historia en la que dice haber sido él quien encontró el cadáver de Wilson con un frasco vacío de barbitúricos y una botella de ginebra también vacía que no aparecen ni remotamente en el informe policial.
Tampoco su historia coincide con el horario en que fue encontrado el cuerpo por Craig Hoppe. Cuando la fiscalía lo citó para que contará su versión no lo encontraron; algo similar pasó cuando los periodistas intentaron entrevistarlo y se negó a tener contacto con la prensa.
¿Sobredosis, suicidio u homicidio?
Las versiones sobre su suicidio surgieron de su propio entorno; concretamente, de su manager, Skip Taylor, aunque nadie haya encontrado en Wilson actitudes que sugiriesen que pudiese atentar contra su vida.
John Lee Hooker y Al Wilson. Canned Heat granó un disco con el célebre blusero y fue la primera vez que consiguió llegar a la lista de los más vendidos.Esos rumores acerca de su actitud suicida nacieron a partir de dos accidentes automovilísticos que tuvo Wilson y que una fuente cercana, quizás otra vez el manager, consideró que el guitarrista se había intentado matar.
A los 26 años, Wilson obtuvo por primera vez su permiso de conducir, algo que no había atrevido a gestionar debido a su importante miopía, de ahí viene su sobrenombre de “Búho ciego” (Blind Owl).
Se compró una furgoneta y la acondicionó como una motorhome en la que invirtió una suma importante, pero poco después de estrenarla tuvo un accidente al salirse de la carretera y volcar. Aunque no le pasó nada grave, la furgoneta quedó destrozada.
Meses más tarde se compró una segunda furgoneta equipada para camping, pero tuvo otro accidente debido a su poca experiencia como conductor y su escasa agudeza visual, ambos accidentes ocurrieron de noche. Aquí, su manager Taylor comenzó a imponer en el grupo que Wilson intentaba suicidarse.
Para el baterista de la banda Fito de la Parra las cosas estaban claras “¿Quién para quitarse la vida se dedica a comprar furgonetas y acondicionarlas con toda la ilusión para después estrellarlas?”, comentó en su autobiografía Living the Blues.
En este segundo accidente, Wilson sufrió diversos traumatismos que le provocaban poderosas migrañas que controlaba con analgésicos ilegales, comprados en el mercado negro y que en una de esas oportunidades lo dejaron inconsciente y en el hospital.
Otra vez Skip Taylor agita la idea del suicidio y convence a los miembros de la banda con que Wilson necesitaba una internación que fue voluntaria. Meses después Wilson decidió dejar ese “lugar de descanso” en contra de la voluntad del manager, aunque aceptó quedar al cuidado de Hite, que tenía su casa en Topanga Canyon con un parque natural detrás en donde podría seguir durmiendo entre los árboles.
Así quedó rubricado que Hite vigilaría a Wilson, que podría moverse con cierta libertad dentro de Midnite, su propiedad.
En la escena de la muerte de Wilson no se encontró nota de despedida y el resultado de la autopsia demostró que no había ni alcohol ni una dosis masiva de barbitúricos en el cuerpo. Es más, la presencia de cuatro pastillas en el bolsillo del pantalón no concuerda con el suicidio. No es lógico para alguien que quiere suicidarse guardarse cuatro pastillas para después. Wilson no tenía nada en el cuerpo que sugiriera peligro para su vida.
Las versiones del homicidio surgieron cuando en el cruce de información se dieron cuenta que habían pasado por alto una serie de evidencias como, por ejemplo, que en el cuero cabelludo de Wilson había un área de abrasión superficial en la parte trasera del cráneo.
Al Wilson murió a los 27, algunas semanas antes que Jimi Hendrix y Janis Joplin.Las venas de la superficie del cerebro estaban moderadamente congestionadas y en la región parietal una pequeña cantidad de sangre roja brillante; también esa congestión se percibió en la superficie del cerebro, tallo y el cerebelo. Señales que podrían estar mostrando algún tipo de violencia y hasta forcejeo.
La hemorragia nasal no tuvo explicación, salvo alguien que lo haya sofocado y que las lesiones en la cabeza y en el cerebro responden al intento de alguien que está bajo los efectos de un barbitúrico e intenta liberarse.
Otro aspecto que confundió a los investigadores, aunque no investigaron esas incongruencias, es que cuando Skip Taylor llamó, en la madrugada del 3 de septiembre, a Verlie Hite por si Wilson había tomado o no el avión a Alemania, la banda no había salido de los Estados Unidos.
El viaje, en realidad, estaba previsto para el mediodía de ese día, ya que la gira comenzaba en la noche del 4 de septiembre. Fito de la Parra confirmó que el vuelo salió el 3 de septiembre y que cuando se enteraron de la muerte de Wilson quisieron suspender el tour, a lo que se opuso Hite.
Estos datos hicieron crecer versiones de todo tipo. La que ganó en verosimilitud fue que seis personas tardaron más de dos horas en plena luz del día en encontrar su cuerpo, de manera que quien quiera que fuese, tuvo que seguir a Alan desde la casa. Entonces, ¿quién estaba aquella noche en Midnite?, se pregunta Rebecca Davis, en su trabajo Blind Owl Blues: The Mysterious Life and Death of Blues Legend Alan Wilson.
Un niño sensible
Alan Christie Wilson nació el 4 de julio de 1943, en Massachusetts. Su padre, John era electricista y su madre Shirley, ama de casa con una fuerte afición al arte y a la música. A los tres años, sus padres se separaron y él se quedó a vivir con su padre que se vuelve a casar con Barbara, con quien Alan tenía una muy buena relación, aunque seguía en contacto con su madre.
Era un niño sensible que demostraba un profundo amor por la naturaleza. Se pasaba horas mirando el cielo y llegó a predecir con mucha exactitud el clima por venir. Muchas veces sus vecinos le preguntaban cómo iba a estar el tiempo antes de hacer planes.
Al Wilson, en una rara foto tocando la armónica.“Una mañana muy fría íbamos caminando por la calle. Era uno de los peores inviernos, el frío era horroroso y de repente Alan que iba de mi mano se tapó los oídos y comenzó a llorar. Le pregunté qué le pasaba y me dijo: «¡Los árboles, puedo oírlos llorar por el frío!», recordó Barbara.
Tenía una miopía importante que le obligaba a llevar anteojos de gruesos cristales, aunque evitaba por todos los medios usarlos, a costa de no ver nada. Era común que cargara con sobrenombres referidos a su falta de visión.
Su falta de visión parecía compensarse con su aguda audición. Tenía oído absoluto que, indefectiblemente, lo llevó a la música. Se terminó inclinando por la guitarra y a los 18 años era capaz de sacar cualquier melodía que escuchaba.
Estudió un semestre en la Universidad de Boston donde no encajó con el sistema académico. En la universidad fue parte de la Orden de Molay, una organización que practicaba la meditación para serenar la mente.
Otro de sus aspectos más evidentes era su inocencia, característica que lo llevó a ser engañado y traicionado, aunque sin que por ello cambiase su carácter. En uno de sus primeros viajes de Boston a Nueva York, una persona se le acercó y le pidió que le dejase ver su guitarra National, cuando la sujetó salió corriendo sin que Alan pudiera reaccionar.
Así como era sensible, confiado y amante de la naturaleza, también era ansioso, inseguro y pesimista. Un guitarrista de estilo y voz personal, excelente compositor que ayudó a reactivar la carrera de músicos de blues completamente olvidados que tuvo un desenlace nunca del todo aclarado.