El martes, mientras Mauricio Macri preparaba otro apoyo contundente a la campaña de Javier Milei, había una nueva reunión de lo que el propio candidato libertario llama su «Gabinete en las sombras». Allí, Emilio Ocampo, uno de sus principales asesores económicos, hacía una presentación especial sobre la misión que le encargaron si la Libertad Avanza gana el balotaje: la transformación del Banco Central.
De acuerdo a lo que adelantó el propio Milei hace un mes, Ocampo será designado para comandar la entidad monetaria en caso de triunfo. En el encuentro del martes, según pudo reconstruir Clarín, el economista explicó su plan para «liquidar la creación de pesos inmediatamente y que esa estructura se institucionalice como garante de que ningún banco cree dinero sin respaldo». Cortar con la maquinita.
«Técnicamente impecable», describió uno de los presentes. «Sin pavadas, nada ideologizado. El tema es dejar de crear dinero espurio. Y que simplemente sea un derivado de la demanda real», completó.
El dato se complementa con la definición que hizo Milei este jueves, cuando ratificó el plan de dolarización y aseguró que «no se negocia ninguno de los puntos de mi política económica». Ahí entra Ocampo y su misión con el Banco Central. Amén de que se trata, también, de uno de los principales impulsores de la dolarización.
La ratificación que hizo en público el candidato libertario tiene lógica. Desde que Macri se convirtió ante los medios casi en su jefe de campaña, con una híper-actividad superior a la que mostró con Patricia Bullrich, entró en duda si el plan económico de Milei seguía en pie.
En privado no había tantos interrogantes. O al menos su equipo se siguió juntando regularmente como si debieran prepararse para asumir en diciembre con el plan original. Desde hace meses el «Gabinete en las sombras» se reúne, en un armado paralelo a la campaña y casi sin puntos que se crucen.
Gestión y campaña por separado
Por el éxito de las PASO, la estrategia libertaria para el comicio general fue mantener oculto todo lo que oliera a política y buscar impacto en los medios con noticias como el noviazgo con Fátima Florez o alguna extravagancia en redes de sus candidatos. «Creían que mostrar equipo los equiparaba con el resto», admitió un dirigente.
El plan entró en crisis el 22 de octubre a la noche. No porque se hiciera una mala elección -se sostuvo el apoyo en torno al 30%-, sino porque se había generado la expectativa de un posible triunfo en primera vuelta. Lo había instalado el propio Milei, por olfato o impericia, ya que ninguna encuesta lo vaticinaba.
El paso inmediato fue indagar qué faltó o qué había que agregar para vencer en el balotaje. Ahí entró el acuerdo con la casta del PRO, se corrieron algunos voceros y se abrieron debates de la realpolitik, como la fiscalización, el reparto de cargos o el plan de gobierno.
Gabinete en las sombras
Lo que Milei llama «Gabinete en las sombras» es uno grupo de unas 25 personas, que se junta periódicamente sin la presencia del candidato ni de otras figuras públicas del espacio como su hermana Karina o Ramiro Marra. Equipos técnicos.
El objetivo central es una profunda reforma del Estado, acaso con una debilidad de origen: ni Milei ni sus asesores parecen tener conciencia real de la necesidad de contar con apoyo en el Congreso para aplicar partes sensibles del plan. El acercamiento con el PRO quizá podría aportar algo de músculo para esa pelea.
La reducción del Gabinete a sólo 8 ministerios que prometió Milei, el primer paso para la reorganización luego de un eventual triunfo, podría salir por DNU. Lo otro, como los cambios en la legislación laboral, no.
La reforma del Estado que planea el mileísmo tiene cuatro anexos centrales:
1) Ver que se hace con las más de 100 empresas públicas o donde el Estado tenga participación (cuando heredó acciones por las AFJP, por ejemplo).
2) Régimen para grandes inversiones.
3) Reordenamiento monetario.
4) Iniciativa privada para la obra pública.
Quien comanda el equipo es Nicolás Posse, también anunciado por Milei como futuro jefe de Gabinete. «Trabajaron en Corporación América. Fue jefe de proyectos allí. Hicieron juntos el proyecto del corredor por ferrocarril de la Cordillera. De ahí el fanatismo de Milei por el sistema de obra pública por iniciativa privada de Chile», explicó una fuente.
Debajo de Posse se ubican Gonzalo Pascual y José «Cochi» Rolandi. «Son como los Lopetegui y Quintana de Marcos Peña», comparan. Del resto de los nombres, muchos ya trascendieron:
Sandra Pettovello: la candidata a «súper ministra» de capital humano.Eduardo Rodríguez Chirillo: experto en energía, trabajó con Cavallo en los 90 y vivió muchos años en el exterior.Guillermo Francos: futuro ministro de Interior.Jorge Vives: coronel retirado de Inteligencia, mano derecha de Victoria Villarruel, compañera de fórmula de Milei.Julio Cordero: trabaja en Innovación, abogado, proveniente de Techint.Federico Ovejero: ex subgerente regional de General Motors, para temas trabajo. Viene de la industria.Josefina Sanz: trabajó en el ministerio de industria de Cambiemos. Analiza el tema del Estado.Guillermo Ferraro: para Infraestructura, trabajó en el Gobierno nacional en 2002 / 2003.Liban Kusa: abogado, se enfoca en el tema tributario.Fernando Vilella: especialista en agro y bioeconomía.Sergio Arbeleche: asesora en minería.Héctor Rubini: asesora en economía.Parte del acuerdo con el PRO, se descuenta, será formalizar la incorporación de dirigentes de este espacio que ya orbitaban el mundo libertario. «Siempre hubo una mirada positiva de gente de Macri o Bullrich, no así de Larreta. Ahora, en lugar de interactuar de manera más privada, seguramente se les abrirá la puerta«, explica una fuente.
«La reforma es para cambiar la relación del Estado con la sociedad. No debería ser tan difícil. Nosotros no nos queremos apoderar del Estado, sino ver cómo devolverle (no sacarle) a la gente», defiende la reforma uno de los dirigentes.
Pero admite: «El mayor temor es la coyuntura con la que asuma Milei si gana. Van a dinamitar todo, si pueden se van a llevar hasta los discos rígidos. Son capaces de no pagar los sueldos, de dejar contenedores con contrabando en Aduana y el Central vacío».