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11 noviembre, 2024

Primeros números de Milei y una nueva relación con la Justicia

El principal crédito que tiene Javier Milei para transcurrir el arranque de su gestión es el apoyo que obtuvo en las urnas. Cuando el círculo rojo de la política esperaba un resultado ajustado, y no descartaba un triunfo de Sergio Massa, el economista libertario obtuvo una contundente victoria por más de 11 puntos.

La duda, central, es qué tipo de aval implican esos casi 15 millones de votos que lo consagraron como próximo presidente. No se trata de un tema menor: el propio Milei hizo campaña describiendo una situación crítica para la economía y, en entrevistas posteriores al balotaje, habló de un ajuste monumental.

Pero, ¿la gente que lo votó está dispuesta a soportarlo? Clarín accedió a la primera encuesta que indagó sobre las expectativas del nuevo gobierno. Y deja números interesantes.

Es un estudio de CB Consultora Opinión Pública, una de las firmas que pronosticó la victoria de La Libertad Avanza e incluso había vaticinado que Massa terminaría primero en la elección general y Patricia Bullrich se quedaría afuera del balotaje.

En un estudio nacional de más de 2.000 casos, de arranque se ven dos datos positivos para Milei. Típico efecto ganador. Por ejemplo, mejoró ostensiblemente la imagen que la gente tiene sobre su persona. Pasó de tener casi tantos apoyos como rechazos a terminar con un diferencial claramente a favor: 59% de valoración positiva y 33,7% de negativa.

Si bien no son números descollantes, para tener en contexto, todos los políticos, hace ya un par de años, terminan reprobando cuando se indaga sobre sus imágenes.

Algo similar ocurre con las expectativas que genera la próxima gestión. Fueron tan malos los últimos años, que el grueso de la sociedad solía mostrarse pesimista cuando se le preguntaba por lo que vendrá.

En esta encuesta, un 47,3% tiene «mucha expectativa» con la presidencia de Milei y un 19,5%, «algo de expectativa». Los pesimistas («ninguna expectativa») se reducen al 29,4%. Otra vez: nada para festejar, aunque sí un cambio de tendencia.

Pero cuando a esos mismos entrevistados les plantean de qué tamaño debe ser el ajuste libertario, más del 50% pide un recorte «moderado, sin tocar la educación, salud pública y partidas sociales».

Es la sintonía fina (y no tanto) que deberá tener el arranque de la gestión libertaria. Motosierra con dientes desafilados. Hay cierta coincidencia, por no decir unanimidad, que buena puerta de la suerte del gobierno de Milei se jugará en los primeros meses de su administración.

La relación con la Justicia

Otra de las noticias del día fue la visita del próximo ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Aunque se trató de un acto protocolar, también dejó señales de lo que vendrá.

La sola presencia del futuro funcionario fue «una cantimplora en el desierto», al decir de una fuente muy informada sobre los avatares judiciales. La Corte, en particular, vive momentos de extrema tensión con el Gobierno saliente.

En el Congreso se sustancia un juicio político contra el Máximo Tribunal, que incluso podría tener dictamen antes del recambio del 10 de diciembre. Milei ya se manifestó abiertamente en contra del proceso.

El electo presidente, además, hizo un anuncio que cayó particularmente bien en la Justicia. Dijo que impulsará una ley para que el presupuesto de ese poder salga de una partida específica, sin la necesidad de que lo apruebe, mes a mes, el jefe de Gabinete nacional. Independencia económica = independencia judicial.

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